EYACULACION PRECOZ DOS GRANDES RELATOS CONCRETOS Y UN TEXTO TANTRICO APASIONANTE
QUERIDO MAESTRO NORBERTO!! entiendo el mensaje espiritual y consecuentemente psico-sexual que lleva el tantra y el coger sin acabar. Le comento que ayer vi a mi chica de nuevo, y cada vez la manejo mejor.. ya disfruto mas de lo que me concentro e igual me sale el no acabar en el coito, o a lo sumo eyacular una sola vez en toda la jornada sexual jaja de hecho eyaculo solo una vez a la semana, cuando estoy con ella. EL otro dia pude estar con otra chica tambien sin eyacular rapido, pude penetrarla todo bien.. y aguante bastante tiempo pero dps eyacule solo una vez. Mas que conforme con los progresos.. cada vez mejor manejo la tecnica del punto g y vagina profunda.. y es una maravilla, LOCAS quedan.. es infalible, al igual que la tecnica del pranayama y de la lengua al paladar.. las aplico bien y me dan muy uenos resultados. La semana que viene lo ire a visitar norbert, un saludo grande,
otro aqui sobre MT
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-- Maestro,
Deseó compartir con usted avances que he tenido con la MT, pues pasa que me va de maravilla, hago los mantrams diariamente, tomó la homeopatía, veo los vídeos, y cuando me masturbo aplico todas la técnicas, relajarme, apnea principalmente, ojos en blanco, lengua al paladar, energía al corazón, en fin ya me es mucho más fácil llegar a 25, 30, 40 min. de masturbación sin eyacular, que aquí es donde viene la mejor parte, cada que me masturbo y no eyaculo, es maravilloso, es una experiencia única e incomparable.
EL CUIDAR MI SEMEN Y NO EYACULAR ME LLENA DE ENERGÍA!! HE PROBADO DE TODOS LOS SUPLEMENTOS Y BEBIDAS ENERGÉTICAS Y NADA ME DA MÁS ENERGÍA QUE NO EYACULAR, EL EFECTO ES INMEDIATO.
Gracias por su enseñanza, ahora sólo falta aplicar esto con una mujer, que aunque son condiciones similares, no es lo mismo, pero voy confiado con su guía para tener el mismo performance cuando lo haga con una mujer.
Gracias por todo maestro seguimos en contacto
Venus y Marte, de Botticelli
LA EYACULACIÓN INTERRUMPE EL AMOR
El problema de que el acto sexual hoy no sea satisfactorio, radica en la eyaculación del hombre: él se satisface solamente a sí mismo demasiado pronto, y luego tal vez se echa a dormir, desentendiéndose de la mujer y dejándola en el limbo (debido a eso, es posible que después ellos discutan). La eyaculación de todo hombre hoy ocurre mucho antes de que el sexo sea realmente bueno, y si él no se entrena para lograrlo, seguirá sin tener ningún control real para impedir que su eyaculación frustre el amor cuando apenas estaba naciendo. El hábito de eyacular sin control al final de cada breve acto sexual está ahora tan arraigado, que la pareja cree que eso es todo lo que puede esperar del sexo. Pero el verdadero poder del sexo está mucho más allá de lo que ellos conocen hoy...
Ya hemos dicho que el hecho de que la eyaculación del hombre ocurra antes de que el sexo sea pleno, es el problema básico para hacer el amor —y es la fuente de todo problema en la pareja. A esto podemos sumar que la continua eyaculación en cada acto sexual es lo que determina que, con el tiempo, el amor entre la pareja se desgaste, y que luego ellos incluso lleguen a la ruptura.
Venus y Marte, de Botticelli
LA EYACULACIÓN INTERRUMPE EL AMOR
El problema de que el acto sexual hoy no sea satisfactorio, radica en la eyaculación del hombre: él se satisface solamente a sí mismo demasiado pronto, y luego tal vez se echa a dormir, desentendiéndose de la mujer y dejándola en el limbo (debido a eso, es posible que después ellos discutan). La eyaculación de todo hombre hoy ocurre mucho antes de que el sexo sea realmente bueno, y si él no se entrena para lograrlo, seguirá sin tener ningún control real para impedir que su eyaculación frustre el amor cuando apenas estaba naciendo. El hábito de eyacular sin control al final de cada breve acto sexual está ahora tan arraigado, que la pareja cree que eso es todo lo que puede esperar del sexo. Pero el verdadero poder del sexo está mucho más allá de lo que ellos conocen hoy...
Ya hemos dicho que el hecho de que la eyaculación del hombre ocurra antes de que el sexo sea pleno, es el problema básico para hacer el amor —y es la fuente de todo problema en la pareja. A esto podemos sumar que la continua eyaculación en cada acto sexual es lo que determina que, con el tiempo, el amor entre la pareja se desgaste, y que luego ellos incluso lleguen a la ruptura.
Sin embargo —a pesar de todas estas consecuencias más o menos evidentes—, la costumbre de buscar la eyaculación en cada acto sexual es tan habitual, que no es considerada un problema. La pareja va una y otra vez al mismo acto, al mismo fracaso sexual, y luego ellos tienen problemas, discuten, e incluso se separan, y tal vez nunca llegan a saber la relación tan directa que existe entre hacer el sexo de ese modo y que ellos tengan problemas.
El sexo habitual no es natural, y sin embargo el mismo hábito hace que el problema sea invisible. Tal vez si observas detalladamente tu primer contacto sexual —algo que seguramente viviste con muchos menos hábitos sexuales que hoy— puedas ver con más claridad los errores del sexo habitual. Incluso si tú nunca has tenido sexo, te convendrá mirar de cerca qué es lo que no debes hacer cuando vayas a iniciar tus relaciones sexuales.
La primera vez
La joven pareja lleva algún tiempo junta, y desde hace cierto tiempo se sienten atraídos hacia el sexo. Él —y también ella— se sienten curiosos por experimentar qué es el sexo. O tal vez él ya lo haya hecho antes. Pero sobre todo la muchacha irá al sexo siempre anhelando amor, intuyendo que el sexo será un bello y delicioso fruto del romance que ella siente. La muchacha confía en que él sabrá cómo hacerlo, y aunque ella tal vez se resista en el último momento porque intuye qué pasará, su amor inocente la hace volver a confiar, y ella se abre bellamente a él.
La primera vez que llega la oportunidad de intimar sexualmente, la muchacha experimenta algo raro: ella casi no conoce la excitación, y por eso puede ver claramente cuando él entra en posesión de la excitación. En ese instante, ella tiene la impresión de que le han quitado a su amante y han puesto a un impostor en su lugar. Él se transfigura: a ella le parece como si él de repente se hubiera vuelto loco —y eso es más o menos lo que pasa: cuando él entra en posesión de la excitación y comienza a cabalgar ciegamente detrás de la eyaculación, es como si se volviera loco de ansiedad por el orgasmo. Éste de ahora no es el mismo muchacho que hasta ese momento estaba teniendo un bello romance con ella. Ella percibe que ella no cuenta para él, él sólo la está usando para lograr su extraño propósito, y entonces ella comprende porqué el estaba tan ansioso de llegar al sexo —independientemente de si ella quería o no.
Todo esto, gracias a su falta de excitación, ella lo presencia las primeras veces, pero no lo puede decir: ella ha aprendido que decir ciertas verdades es algo altamente indebido. Así que ella hace como si no pasara nada, e inocentemente espera hasta que él termine. Tiene la esperanza de que luego —cuando él termine eso tan "importante" que tiene que hacer con el cuerpo de ella— él le explique el motivo verdadero por el cual ha cometido semejante desatino con ella. Pero cuando él termina de eyacular, también hace como si no hubiera pasado nada: ya ni siquiera se interesa realmente en ella. Tal vez él le pregunte si le gustó, y como ella intuye que debe decir que sí, eso hace. Y ahí acaba la experiencia, y ellos se duermen —sobre todo él— o se van a ocuparse de otra cosa. Y ella no puede explicarse ese nuevo malestar que siente, ni el nuevo desinterés de él hacia ella.
Sin que ella sepa bien qué está pasando, él ha tomado del cuerpo de ella para sí mismo sin darle nada a ella, o dándole casi nada. Así él le programa el egoísmo a la joven muchacha, el egoísmo que —a la par que la infelicidad— irá creciendo en ella mediante esos burdos y egoístas actos sexuales, y que poco a poco se manifestará como una búsqueda activa del placer sólo para sí misma y como una demanda sexual constante —o su sustituto en el tiempo, que es crear discusiones por cualquier motivo.
Sin embargo, luego de esta primera vez ella todavía conserva la fe: seguramente se ha tratado de un raro error, pero la próxima vez el sexo sí será la dulzura de amor que ella anhela y que espera de él. Él no puede defraudarla así —piensa ella. Pero cada vez que vuelven al sexo, ella lo ve a él sufrir la misma transfiguración para cabalgar tras la eyaculación. Él enloquece y es capaz de pisotear el amor con tal de lograr una eyaculación para sí mismo. Entonces ella comprende: comprende que eso es todo lo que él va a hacer con ella, y que de esa locura se trata el sexo habitual —eso que hace enloquecer de ansiedad a los hombres, pero no a las mujeres: ellas son indiferentes a eso, o sólo fingen interés porque eso se espera de ellas. Aquí comienza la decepción: ella se decepciona de él, y de todos los hombres. En lo adelante, ella vivirá el sexo habitual de este mismo modo: como si estuviera presenciando una locura masculina, pero ella no quiere presenciar eso, y con el tiempo aprenderá a estar y no estar al mismo tiempo. Desde ahí y tal vez durante el resto de sus días, ¿quién podrá convencerla a ella de que el sexo es algo más que ese acto burdo? Ella no puede llamar amor a ese sexo que le ha robado la belleza que ella sentía dentro de sí misma, para darle a cambio nubes de duda y malestar.
Y a partir de aquí a ella le es programado uno de los principales prejuicios que siempre hacen fracasar el acto sexual: ella cree —le hacen creer— que el sexo se hace para complacer al hombre, o más específicamente: el sexo se hace para provocar la eyaculación del hombre. Y también se genera en ella el odio que va oculto dentro de cada mujer. Si en algún momento el hombre intenta amarla realmente —y esto bien puede ocurrir cuando él se encuentre con una propuesta como la que hacemos en este sitio—, él primero tendrá que resarcirle a ella todo el desamor que ella ha tenido que sufrir. Es decir: antes de que él pueda sentir el amor de ella, tendrá que sentir su odio.
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